Nombre: Turnip Boy commits TAX EVASION
Desarrollador: Snoozy Kazoo
Publicador: Graffiti Games
Fecha de Salida: 22 de abril de 2021
Plataformas: PC, Nintendo Switch
Antes de que existiera la sociedad como se conoce actualmente, e incluso antes de que la humanidad descubriera el fuego, existía una necesidad integrada al ADN humano y que durante cientos de miles de años ha perdurado: la necesidad de evadir impuestos. Es entendible, porque si me estoy comiendo el tremendo Barros Luco, ¿por qué el 19% de ese sánguche es impuesto? O, ¿por qué cuando compro un libro desde España me tienen el producto como un mes en bodega y luego me pegan un aduanazo del 26%?
Los impuestos tienen pésima fama, e incluso personajes de videojuegos están involucrados en escandalosos hechos carentes de ética:
Pero esto no solo ha quedado en hechos fortuitos, porque ahora tenemos un videojuego que trata sobre la evasión de impuestos de manera descarada y… probablemente impune. Es por esto que, siendo alguien titulado de Contabilidad, he decidido analizar este juego y darle a usted una idea de lo que hace bien o mal en relación con la evasión de impuestos.
Un pequeño Disclaimer
Como contador, le pediré que no evada impuestos. Podemos tener la conversación respecto a si es ético o no, que un impuesto sea regresivo, pero no ande preguntando sobre cómo evadir o eludir impuestos. No sabe lo empelotante que es cuando uno le cuenta a alguien que es contador y la primera pregunta que le hacen es “¿cÓMo pUeDo PagAr mEnoS iMpUEstOs?”. Sea responsable e inhiba ese sentimiento innato de evadir.
Llegó mayo y todavía no hay declaración de impuestos
Nabolino, un pequeño nabo, recibió un día su declaración de impuestos y se dio cuenta que la deuda era excesiva y más encima con un recargo del 50% por pagar un día tarde. Nuestro protagonista, como la verdura decente que es, decidió hacer lo que cualquier persona sensible haría: romper el papel. Desgraciadamente, en términos contables eso no importa demasiado, por lo que terminó con la casa embargada y viviendo en la calle. Por fortuna, le dan una oportunidad para pagar la deuda, por lo que se convierte en el Junior del alcalde y comienza a hacer mandados por todo el lugar, buscando objetos que el alcalde necesita y ayudando a la gente de diferentes formas.
La verdad no hay mucho que añadir en la historia porque el juego es corto. Lo que más consume tiempo es completar las misiones secundarias y conseguir diferentes objetos equipables lo que, a lo mucho, consume tres horas con la historia principal.
Creo que lo que menos me gustó de la historia es lo poco que hila las situaciones que ocurren con el mundo y su gente. Algunos se quejarán de que tienen que pagar muchos impuestos, otros se quejarán del alcalde. Pero más allá de eso, todos llevan sus vidas fuera de los acontecimientos del juego y, a lo mucho, tendrán relaciones con uno o dos personajes más. También, los objetos que tendremos que recolectar son bastante azarosos y, hasta muy al final, no tendrán relación entre ellos, lo que hace que se sienta que se sacaron la solución del culo al final. Tampoco ayuda que muchas de las formas de completar las misiones se sientan desconectados entre sí. Por ejemplo, para entrar al primer “calabozo”, por ponerle un nombre, necesitarás conversar con una streamer que no te dejará entrar hasta que seas un seguidor “Nivel 3”, por lo que tendremos que conversar con alguien para que nos haga un sánguche que le gusta a esta streamer y así poder ganar acceso al calabozo. A ratos me recordaba a las aventuras gráficas de los ‘90 como Monkey Island o Gabriel Knight, pero mucho menos complejas y sin ese carisma de las mencionadas entregas. También, a veces los personajes tienen información que no deberían saber, lo que es bastante extraño.
Memes are a way of life
Lo que necesita su sección aparte es el humor. O más bien dicho, los memes.
Los creadores de este juego decidieron hacer muchas referencias a memes que circulan por la web. Algunos tienen sus años y quizás pasen más piola, mientras que otros son igualmente irritantes que su uso en el juego. Independiente de eso, el humor es altamente referencial y más de alguna vez nos harán ejercitar los músculos de las mejillas. No diría que todo el humor me hizo gracia porque soy una persona cínica y amargada, pero estoy seguro de que mucha, mucha gente apreciaría el tipo de humor usado y las situaciones que se dan. De hecho, cuando jugaba pensaba en cuánto disfrutaría este juego mi sobrino pequeño, ya que sus conversaciones son altamente referenciales. A mí me haría feliz que tuviera alguna referencia a Kung Pow, pero entiendo que es una película de hace 17 años, así que tengo que aprender a dejar ir mis esperanzas.
¿Y cómo se juega, tío Ambron?
En cuanto al gameplay, el juego es un juego simple de aventuras que tiene un toque muy de Zelda antiguo, por ponerlo de alguna forma. No es muy complicado y la jugabilidad se mantiene relativamente fresca con el uso de objetos y armas que se van encontrando, dando la sensación de que se fueron a la segura. Eso no quita que algunas elecciones sean extrañas. El ejemplo más notorio de esto es el uso de la espada, ya que cuando atacas tu personaje detiene por un momento, impidiendo tu movilidad o la posibilidad de volver a atacar rápidamente. Así, el juego te obliga a comprometerte con cada ataque para hacerlo rendir y evitar que un mal ataque te deje en una posición deventajosa. Es una elección rara, y la entendería si pudieras elegir entre más armas que tengan diferentes efectos en tu velocidad y el daño que haces, un poco como Monster Hunter, pero el juego no tiene eso y hace que te comprometas a aprender cómo se maneja el combate. Tendría también más sentido si el juego durara más de tres horas, pero eso no ocurre.
Otro problema similar ocurre con la habilidad dash: al ocuparla el personaje cae y se detiene por un momento antes de devolverte el control, lo que desincentiva su uso fuera del combate contra los jefes. Creo que lo hicieron así para evitar que la gente estuviera usando el dash de forma permanente para pasar rápido por las zonas del juego que no te interesan, pero no deja de sentirse como una mala decisión.
Hablaría más de los jefes, pero creo que no hay mucho que añadir. No son complejos y muchos de ellos no atacan de forma tan directa, por lo que puedes aprender la pelea y planear la mejor estrategia para matarlo rápido. El problema es que algunas veces se exceden en lo fácil, siendo la “solución” implementada por los desarrolladores colocar monstruos normales que bloquearán tus ataques o te hincharán las pelotas. Es decepcionante, en este sentido, que la mejor solución que se les ocurrió fue hinchar las pelotas. Los dos últimos jefes requieren que hayas aprendido a jugar porque activamente te van a buscar y eso me hace preguntarme si solo se dieron cuenta de cómo hacer una buena pelea contra un jefe casi al final del desarrollo del juego.
Para evadir, se necesita estilo
Los gráficos son lindos y los personajes tienen dibujos únicos que los diferencian entre ellos. No hay mucho que decir de este apartado tampoco porque lo que se ve en las imágenes es lo que se obtiene. El elemento que se siente más olvidado es la mano de la música, ya que se va a terminar el juego y nada de lo que escuchó se le va a quedar. De hecho, solo puedo recordar un elemento de la música del segundo (o tercer) calabozo porque la canción termina de súbito y se escucha el efecto de sonido de un cassette siendo sacado y dado vuelta para escuchar el lado B. Fue tan extraño e inesperado que pensé que había sido yo que había activado algo en el escenario.
Ahora, dicho todo eso, el elemento que más me interesaba hablar: los impuestos.
Creo que el mayor defecto del juego es que, en realidad, no evades impuestos. Lo que haces con tu primera acción es “no voy a pagar” pero cinco segundos después te convierten en el junior del pueblo para pagar la deuda y que puedas recuperar la casa. Entonces, ya no hablamos de evadir impuestos, sino de pagar la deuda con labores de distinta índole. Y eso me hace sentir engañado porque cuando vi el tráiler me dieron a entender que tendrías que escapar de la ley mientras rompes los carteles de “Se busca por evasión” (ofreciendo una paupérrima recompensa, por cierto). Pensé que literalmente iba a jugar a ser Harrison Ford en El Fugitivo y nada de eso ocurre.
No solo eso, el embargo de la casa ocurre instantáneamente cuando rompes el papel. Para las personas que nos leen y no sepan, el embargo de una casa, o cualquier otro bien material, solo puede ocurrir cuando hay un juicio ejecutivo que haya llegado a su fin y que el resultado sea una orden judicial que permita eso. Sé que parece una idiotez quejarse de esto ya que “el mundo de los videojuegos funciona de forma distinta” o “quizás los desarrolladores querían acelerar la trama para dejarte jugar lo antes posible”, pero hasta a Mario tuvieron la decencia de hacerle un juicio antes de mandarlo a trabajar como junior a limpiar el pueblo de las piantas. Y ya que meterse con los impuestos es meterse en un tete legal, podrían haber jugado con esa posibilidad también, pero nada. De nuevo, nada de eso ocurre.
Ya, no seamos tan duros. El inicio vale callampa, pero luego vuelve a salir el tema de los impuestos, ¿verdad? En realidad, no. A nadie le importa, y solo hay uno o dos personajes que se quejan, pero sería todo. Se podría haber aprovechado la oportunidad de hacer cosas como “espera, si hago X cosa, ¿no sería como evadir impuestos?”, y nuestro protagonista podría ser el malo de la película haciendo que todo el pueblo evada impuestos. Ya tenían la base: rompemos todos los libros de contabilidad del pueblo, cheques que dicen “impuesto añadido” y muchas otras cosas más, pero no. Decepcionantemente, nada de eso ocurre.
Creo que ese es el principal problema que tengo con el juego. Prometen algo solo para dejarlo botado a los siete segundos de iniciado el juego. Me sentí decepcionado porque me hubiera gustado ver algo audaz en cuanto a estas materias de impuestos y generar esa discusión eterna de “¿son los impuestos algo ético?”, la desproporcionalidad con la que el Estado castiga a los más pobres o a las empresas más chicas, entre tantas cosas. Pero no hace, y por ello no le puedo dar crédito.
Conclusiones
Diría que es una decepción, pero creo que a estas alturas me gané este mal rato por darle la oportunidad a algo que tenía olor memético a kilómetros de distancia. No puedo, de buena fe, decir que es un buen juego sobre evasión de impuestos… o un buen juego, en general. Me hacía ilusión hablar de temas contables acá, pero creo que tendré que esperar un simulador de contabilidad para eso.
Recomendado para:
- Eh… gente que le gustan los memes, supongo.
No recomendado para:
- Gente que aprecia su dinero y tiempo, o ambos.
- Quienes le creen a las reviews de Steam. En serio, ¿qué chucha esas reviews? ¿La gente desarrolló Síndrome de Estocolmo mientras jugaba esta mierda?