Posted in Paternidad Gamer, Slice of Life

Me encuentro cotizando, parado frente a otra de las tantas tiendas de videojuegos que he visitado hoy, pensando en qué juegos les voy a regalar a mi hijo e hija menores (los mellizos) en su compartido cumpleaños venidero. Cuando, posterior a una revisión somera de la vitrina, me decido a entrar para preguntar por los precios de algunos juegos que llaman mi atención (que son del gusto de mis enanos y que entran en mi criterio parental). Una vez dentro, me topo con una imagen que vengo viendo desde que compro juegos con mi propio presupuesto, por ahí por el 2000.

Un papá y su hijo revisan las vitrinas interiores. Mientras el niño observa con admiración la gran variedad de peluches, juegos y productos videojueguísticos, el papá se pasea revisando precios y preguntandole a un niño —que no pasa de los 10 años—qué consola es la que tienen y cuál color de caja es el que les corresponde a los juegos de dicha consola. Después de un par de vueltas, el niño escoje su regalo y se lo hace saber a su padre, quien, ignorante sobre el mentado videojuego, pregunta por él al vendedor.

—¿Cuánto cuesta el GTA 5?

—Disculpe, pero ¿usted sabe de qué se trata este juego?

—No, no tengo idea.

—Mire, le cuento un poco de qué va…

Posterior a la breve explicación de todo lo que ahí sale y que no es un juego recomendable para un niño como el que estaba ahí presente, el vendedor se da el tiempo de actualizarlo en qué significa cada calificación. El papá, aún un poco sorprendido, decide que mejor escojan otro juego, más acorde a la edad del niño. He visto en otras tiendas como a los vendedores no les importa si el producto que venden es acorde a la edad de un niño, con tal de ganar un par de lucas extra. Y, haciendo un paralelo de cómo el descriterio no conoce límites, recuerdo que una vez vi a un vendedor de internet venderle un plan de internet fijo a un abuelo que no tenía ni computador, pero eso es otra historia.

Padre e hijo salen de la tienda con otro entretenido juego. Yo, encantado al ver que hay gente que no comparte esa descriteriada filosofía, decidí comprar todo ahí.

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