Nombre: Nioh 2
Desarrollador: Team Ninja
Publicador: Sony Interactive Entertainment, Koei Tecmo
Fecha de Salida: 13 de marzo de 2020
Plataformas: PC, PlayStation 4, PlayStation 5
Nioh 1.5
Nioh 2 es como echarle leche en polvo a la leche: es Nioh con aún más Nioh. El juego se siente más como una expansión del original que una secuela, propiamente tal. Por lo mismo, tengo menos cosas que decir de este juego que la pared de texto que me mandé con el primero (puede leer ese hermoso review pinchando acá), pero igual considero que hay algunas cosillas dignas de ser destacadas. Así que vamos a ello.
Había —otra vez— en el Japón feudal
Nioh 2 es una precuela del juego original. Ocurre en el mismo periodo histórico, pero, en vez de seguir las aventuras de William Adams y su cruzada por apoyar a Tokugawa a ser el papi absoluto de Nihonlandia, esta vez encarnamos a un “shiftling” —una personita mitad humana, mitad yōkai (recordemos que un yōkai es la categoría que incluye todos los monstruos y creaturas fantásticas japonesas)— que tiene buenas migas con Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Si alguien sabe algo de historia japonesa, puede saber para donde va la cosa.
Al igual que con el primer Nioh, el juego no hace el mejor trabajo explicando qué monos pinta cada personaje, ni por qué hace lo que hace. Esto es aún peor si consideramos que algunos personajes importantes son yōkai, y que es MUY posible que no sepamos quiénes son pese a tener algo de conocimiento de la historia de Japón. Afortunadamente, hay, al menos, un par de recursos que puedo recomendar para facilitar esta parte a quienes tengan interés en jugar el jueguito.
Primero, para entender qué onda los yōkai, creo que el sitio web https://yōkai.com/ (está inglés, eso sí) es un excelente compendio de todas estas creaturas, siendo ideal para buscarlas cada vez que queramos saber de dónde salió la nueva atrocidad que nos acaba de reventar violentamente. En segundo lugar, Netflix tiene un documental llamado “Age of Samurai: Battle for Japan” que da una noción general de lo que está pasando, sin los elementos fantásticos eso sí (a saber, no hay yōkai, y los personajes no son guachones). Ahora, a veces es medio superficial el documental, y a veces es medio raro (como, por ejemplo, con algunas de las indumentarias o peinados).
De todos modos, si no le interesa la historia, no pescarla no impedirá que pueda disfrutar del juego.
Generador de waifus y husbandos
La primera gran diferencia que vale la pena mencionar es que en Nioh 2 no tenemos un personaje predefinido, como lo era William en el primer juego. Acá tenemos un generador de personajes muy pero MUY detallado, donde podremos invertir infinitas horas dando rienda suelta a nuestras fantasías para perfeccionar a nuestro husbando o waifu. O podemos crear un horror primigenio más allá de la capacidad de comprensión humana. Lo que usted quiera.
Este generador de personajes es razonablemente sencillo de usar, siendo más fácil crear personajes suficientemente humanos, a diferencia de otros juegos (te estoy mirando a ti, Dark Souls), donde cualquier intento por crear un avatar con proporciones medianamente humanas puede transformarse en una tarea hercúlea. En Nioh 2 es moderadamente fácil crear gente hermosa, incluso para personas sin ninguna capacidad artística, como yo.
Además, si diseñar monos no es lo suyo, pero igual quiere un personaje distinto a los que vienen de fábrica, Nioh 2 ofrece la posibilidad de descargar personajes creados por otras personas, a partir de códigos. Así entonces, si alguien creó un avatar de Calamardo Guapo (que efectivamente fue creado), usted puede descargar el personaje si el código está disponible. Eso sí, los códigos no son compatibles entre las versiones de PlayStation 4 y PC, no sé por qué. No sé cómo será el tema de la compatibilidad con el PlayStation 5, porque nadie tiene uno.
¿Y el gameplay?
Ummm… el gameplay es lo mismo que Nioh, pero con más cosas (recuerde, leche con leche en polvo). El juego está nuevamente estructurado en misiones a las que accedemos desde un overworld, aunque ahora es un poco más lindo. Seguimos teniendo que gestionar meticulosamente nuestra barra de ki (lo mismo que la stamina en Dark Souls), vuelven las tres posturas en las que podemos ocupar las armas, seguimos usando la amrita para subir de nivel. También, vuelve el loot random, los infinitos stats, las planillas de Excel, y todas las cosas que ya mencioné en detalle en el review del primer juego. La “diferencia” es que Nioh 2 agrega más aún más mecánicas, aún más armas, aún más planillas, y aún más enemigos. Así entonces, muchos elementos se reciclan, muy pocos se descartan o reemplazan, y muchos se agregan. Es por esto que a veces se siente más como un Nioh 1.5 que como un juego totalmente nuevo.
La cosa es que el look and feel del juego es más o menos el mismo. Se ve más bonito (y ahora es compatible con HDR y todas esas weás), pero en esencia es como si le hubiera agregado un ultramega DLCs a la entrega original.
Ahora, esto no quiere decir que sea un mal juego. Nioh 2 es muy bueno, logrando resolver temas importantes que, en mi opinión, minaban la experiencia del primer Nioh; a saber, está mejor balanceado. Los enemigos hacen menos daño irracional que en el primero y tienden a respetar un poco más las mecánicas del juego. Además, mecánicas rotas como la living weapon del original, fueron sustituidas por otras más equilibradas (yōkai shift, del que hablaré más adelante). Esto no significa que no vamos a morir un montón, pero vamos a morir menos y va a ser menos injusto.
De todos modos, igual se siente a veces un poco “pesado” el reciclaje. Si bien, no me molesta que reciclen mecánicas, ítems y cosas así, sí me molesta que reciclen una de las etapas que ya el primer Nioh reciclaba un montón para hacer sidequests. Esto contribuye al carácter de “Nioh 1.5” que creo que tiene el juego, y que ya mencioné.
Lamentablemente, el juego hereda varios elementos negativos del primero siendo, en mi opinión, el input drop el peor de ellos. No tengo idea de por qué ocurre, o si le ocurre a todo el mundo, pero en mi experiencia ocurre en ambos Nioh, siendo incluso más prevalente en el segundo. “Input drop” quiere decir que el juego no registra un input o, en español, uno aprieta un botón y el juego se lo pasa por el poto.
Considerando que el juego exige casi total perfección, pagándose casi todos los errores con la muerte, es como el hoyo que al apretar el botón para curarse no ocurra nada. O que al intentar hacer un Ki Flux (otra mecánica más) tampoco ocurra nada. Y qué decir de bloquear un ataque y tratar de esquivar el siguiente (que es la forma de huir de un combo), y que el juego decida que no apretamos el botón para esquivar y terminemos muertos por un error que no es nuestro.
Otro problema que ocurre es que, a veces, algunos enemigos ignoran que se han quedado sin Ki y siguen atacando y haciendo cosas como si no hubiera un mañana (sobre todo jefes, por supuesto). Afortunadamente, esto ocurre menos que en el primer Nioh. Pero sigue siendo inadmisible, sobre todo cuando se combina con el problema de los input drops. Morir por la mezcla de estos dos problemas es lo peor.
Las cosas nuevas
Las cositas nuevas, a nivel de gameplay, tienen que ver con la condición de “shiftling” del protagonista. Específicamente, con la mecánica de yōkai shift, y con varias otras mecánicas asociadas a una nueva barra, llamada “anima”.
Al ser mitad yōkai, podemos transformarnos en uno si llenamos una barrita, dependiendo de qué espíritu guardián tengamos equipado. Como ya indiqué, esto reemplaza a la living weapon del original y es un poco menos OP, pero la idea es más o menos la misma: ser mucho más poderoso por un tiempo limitado que se puede alargar o acortar dependiendo de las cosas que tengamos equipadas y de qué tan bien luchemos estando en esa forma.
Hay tres tipos de yōkai shift, que dependen de qué espíritu guardián tengamos equipado: feral, brute y phantom. Cada tipo tiene sus propios movimientos y ataques, lo que le da aún más variedad a la cosa. Además, el juego agrega un sistema de counter, llamado “burst counter”, similar al “perilous attack” de Sekiro. Básicamente, los enemigos pueden hacer ataques ultra poderosos, ante los cuales tenemos la chance de hacer un counter. Es un sistema en que, si ejecutamos correctamente el counter, podemos hacer mucho daño… pero si fallamos nos van a hacer cagar y muy posiblemente, matarnos. El timing del counter también depende de qué tipo de espíritu guardián tengamos equipado, sumando una nueva capa de complejidad al asunto.
Como ya indiqué, tenemos la barra de anima, que gobierna varias mecánicas nuevas. El ya mencionado “burst counter” es una de estas mecánicas, lo que significa que si no tenemos suficiente anima, no podemos hacer el counter (y créame que he muerto más veces de las que me siento cómodo reconociendo por haber intentado un “burst counter” cuando no tenía nada de anima).
Además de los counters, la barra de anima también nos permitirá hacer poderes bacanosos, gracias a ítems llamados “soul core”. Éstos son ítems que a veces dropean los enemigos y que se equipan en nuestro espíritu guardián, entregándonos distintas mejoras a nuestros stats, además de un ataque especial, que requiere cierta cantidad de anima para ser ejecutado. Si me permite una recomendación, el “soul core” de Kasha es bastante OP, sobre todo en la primera playthrough.
Y… ¿los DLCs?
Si usted leyó mi review del primer Nioh, sabrá que no tengo en muy alta estima los DLCs. Mi problema fundamental con ellos es el absurdo aumento en la dificultad. No es entretenido llegar al primer jefe del primer DLC y morir en una fracción de segundo sin haber aprendido absolutamente nada. Tampoco es divertido cuando lo mismo ocurre con el último jefe del último DLC.
Afortunadamente, Nioh 2 maneja un poco mejor esto. No digo que los jefes de los DLCs de esta segunda entrega sean fáciles, porque no lo son (y, si “Minamoto” es parte del nombre del jefe, prepárese). Pero son más manejables. Sigue habiendo golpes que nos matarán inmediatamente, pero son menos, y no ocurren en el primer segundo de la pelea.
Eso sí, creo que los DLCs de Nioh 2 son muy cortos. Teniendo muy pocas misiones principales, y un puñado de sidequests más bien genéricas (excepto por una que otra). Por lo mismo, si tiene interés en comprar estos contenidos adicionales, le sugiero comprar el season pass cuando esté en oferta.
The grind y un comentario final
Al igual que con el juego anterior, Nioh 2 implica grindear y farmear por montones. En la medida en que se avanza en NG+ se agregan nuevas mecánicas y dificultades por sobre el clásico enchulamiento de los enemigos. Y cada vez más será necesario gastar más y más tiempo en conseguir equipment más y más específico para poder tener una build que tenga alguna oportunidad contra los desafíos cada vez más difíciles. En este punto, Nioh 2 (y el primero también) se diferencian enormemente de Dark Souls, donde los NG+ son iguales a la primera playthrough, pero un poco más difíciles (quizás, con la excepción de Dark Souls 2, que agrega algunas cosillas para darle sabor a la cosa). Nioh 2 ofrece mucho si queremos seguir avanzando en nuevos ciclos de juego, pero al mismo tiempo, exige mucho. En lo personal, esto me cansa un poco. Hay un límite en que invertir mucho tiempo en tratar de conseguir cosas tan específicas deja de ser divertido para mí. Pero estoy seguro de que esto le encanta a mucha gente. Y si este es el caso, el replay value que ofrecen ambos Nioh es enorme.
Nioh 2 es una versión que mejora mucho la fórmula de Nioh, pero no la cambia sustancialmente. Es más de lo mismo, pero mejor. Es un excelente juego, pero no llega a revolucionar nada, como sí lo hizo la primera entrega. Si le gustó el primero, este también le va a gustar. Y si no ha jugado el primero, este igual es un buen punto de partida.
Recomendado para:
- Quienes hayan disfrutado el primer juego. Esto es más de lo mismo, pero mejor.
- Gente masoquista, pero no tanto. En mi humilde opinión, Nioh 2 es más fácil que el primero.
- Quienes disfruten de juegos que exijan mucho grindeo y farmeo. Si le gusta desperdiciar la existencia en los tormentos de Diablo 3 o los Item Worlds de Disgaea, esto le va a encantar.
No recomendado para:
- Personas a las que no les gustó la primera entrega. Esto es más de lo mismo.
- Quienes tengan poco tiempo. Yo me demoré cerca de 90 horas en pasar todas las misiones del juego base y los DLC en la dificultad más sencilla.
- Quienes quieran relajarse. Jajajaja.