Posted in Paternidad Gamer, Slice of Life

Sé que en algún momento les conté que mi viejo es mucho mejor abuelo, en comparación a cómo es como padre. Lo que no les he contado es que como bisabuelo es mucho mejor. Eso sí, raya un poco en lo sobreprotector. Como cuando le da color porque el niño se come un helado con el sello de “alto en azúcar”, o como cuando lo reta por andar sin pantuflas en la casa. Supongo que a esta altura de la vida esas son mañas de viejo.

Pero a pesar de toda esa sobreprotección, y pensando que él es padre de tres y abuelo siete, al bisnieto es al único de toda la larga línea sanguínea —de la que mi padre es génesis— al que le ha hecho una espada.

No se calentó la cabeza con la petición del enano de hacerle una espada de Minecraft, porque la encontró poco práctica. Ni me pescó cuando le dije que aún me quedaba spray de las “Espadas Maestras” que yo les hice a mis hijos, porque él ya tenía su idea de qué espada le iba a hacer. En cinco minutos, con un puñado de ramas de mimbre, una huincha aisladora y un cartón, se pegó un art-attack y le hizo al enano un Shinai.

Las armas sólo traerán dolor, pensaba para mi adentro, pues yo no me olvidaba …de que también he fabricado espadas.

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