Debo confesar que cuando se anunció Final Fantasy XVI mi reacción fue un monótono “meh”. Tiempo después, cuando mostraron más gameplay, y viendo que la cosa tenía una pinta descarada de Devil May Cry, decidí que optaría por el escepticismo. Mal que mal, DMC y esa clase de hack and slash no son lo mío. Así que la cosa quedó hasta ahí… hasta que se anunció la demo. Los demos son gratis y, en el peor de los casos, sólo confirmaría mis prejuicios.
Y… resultó que no, en realidad. Juzgando sólo por la demo, el juego promete. Aunque en algunos aspectos no es tan de mi gusto, creo que será un juego superior al bodrio que le tocó de predecesor (FFXV). Igual, es una vara baja.
Está buena la película
Lo primero que uno nota cuando echa a andar la demo es que las gráficas son súper lindas, y que hay bien poco gameplay. Habrá hartas conversaciones con buen guion, buenos ángulos de cámara y toda esa parafernalia, pero en la primera media hora de juego sólo vamos a haber caminado un poco y dejado apretado el triángulo un rato. Esto mejorará en la medida en que avancemos, pero las cutscenes se seguirán llevando una tajada importante del tiempo de juego.
Lo que se alcanza a ver de historia es interesante. Está bien narrada, el ritmo es bueno y se construye de forma orgánica, sin diálogos expositivos medios weones ni cosas así. Además, el lenguaje no verbal de los personajes durante las cutscenes es muy bueno y da a entender muchas de las relaciones y conflictos sin decir palabra alguna.
Así entonces, en todo lo que es el aspecto “película”, la cosa anda súper bien.
¿Y las cabritas?
El gameplay se sintió como accesorio a la experiencia, durante el tiempo que jugué. El gameplay loop sería algo así: Cutscene -> Avanzar por un pasillo (que no siempre parece pasillo, pero que es un pasillo) -> Pelear -> Repetir. A veces incluso con algunas cutscenes metidas en los pasillos y/o peleas.
Explorar es algo que prácticamente no ocurre en la demo. Todos los segmentos en que podemos caminar sin cutscenes y sin pelear se tratan del ir del punto A al punto B. Pasarán algunas cosas narrativas y pillaremos ítems en el camino, pero no mucho más. No nos vamos a perder en ningún lado. En la misma línea, el juego no tiene un overworld por el que podamos caminar, sino un mapa con un cursor que utilizaremos para seleccionar nuestro próximo destino. Igual, les quedó bien bonito.
Las peleas son interesantes, muy distintas a mi prejuicio de DMC. Podemos pegar, podemos tirar una magia, podemos esquivar y hacer un parry medio raro, y, en general, hacer todo lo que se puede hacer en un juego de acción. No es un mal sistema, y la estructura del juego nos prepara para enfrentar cada vez mayores desafíos. Aunque no es muy difícil, eso sí. Las ventanas de oportunidad para esquivar son bastante generosas y, en general, no recibimos mucho daño cuando nos pegan, por lo que las peleas están más para el lado de lo fácil. Si no fuera por todos los elementos cinemáticos que le dan gran dinamismo, posiblemente se sentirían medias fomes.
Y es por estos motivos que siento que el combate y exploración son más como el arroz del asunto, como las cabritas que acompañan la película. Son importantes, pero uno igual podría ver una película sin comer cabritas.
Nihil novum sub sole
Creo que hay mucho tiempo dedicado a la narrativa y world building, pero no así al gameplay. Sea porque la duración de la demo no permite que lo alcancemos a apreciar, o porque es una experiencia más cargada a ser una película. La cosa se ve espectacular, pero creo que le falta más sustancia bajo todo el maquillaje tecnológico. Creo que será un juego correcto y bueno. Pero no es nada revolucionario. Y no es malo que no sea revolucionario, sigue siendo mucho mejor que muchos de los experimentos raros que las divisiones de juegos triple A de Square Enix ha vomitado durante el último tiempo.
Creo que la mejor palabra que tengo para describir mi experiencia es “piola” o “dedito para arriba”. Pero no sé, siento que falta algo. Y creo que el tono medio cansino de este preview habla de ello sin decirlo.
