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Mi experiencia con Bethesda es bastante sencilla: salvo disfrutar de la entrega de Elder Scrolls en N-Gage, probar Skyrim en Xbox 360, frustrarme porque Quake Champions no tiene servidores comunitarios y dejar a medio terminar Prey (2017), no poseo mayor experiencia en los aclamados RPG desarrollados por este estudio desde mil novecientos noventa y cuatro. La osmosis a través de Internet me ha mantenido al tanto de las controversias, memes y asunciones que acompañan a la empresa como la infame armadura para el caballo en Oblivion, flechas en la rodilla, una gran comunidad de modding, compilados de glitches en YouTube, clonación de ítems en Fallout 76 e imágenes de Todd Howard entrando a tu hogar con la intención de venderte una nueva copia de Skyrim. Gracias a estas circunstancias, mi interés por Starfield era equivalente a mi percepción sobre el software de Bethesda en general: videojuegos interesantes y extensos que quizás compraré cuando cuesten un 90% menos de su valor y existan modificaciones desarrolladas por la comunidad que aseguren un rendimiento decente en computadoras. Esta idea fue destruida por completo el momento en que supe que Starfield estaría disponible desde el día de su lanzamiento en Gamepass (solo en su versión para Xbox Series X|S). ¿Por qué? No puedo negarme a un videojuego ambicioso si puedo jugarlo “gratis” gracias al pago de una suscripción. Son 124 gigabytes de espacio en disco que se pueden recuperar de forma sencilla en caso que no sea de mi agrado.

Todo avatar es un minero

En Starfield asumes el rol de un minero espacial contratado por una empresa especializada en extracciones peligrosas. Tras un pequeño incidente paranormal gatillado por la recolección de minerales, serás contactado por un grupo de investigadores interesados en tu experiencia etérea. Luego de un breve tutorial de navegación y combate espacial en máquinas voladoras, deberás dirigirte a una ciudad llamada New Atlantis, ubicada en el planeta Jemison del sistema solas de Alpha Centauri. Tras descender de tu nave estacionada en el puerto y dar los primeros pasos por el interior de la ciudad, un complejo y extenso ecosistema se hace presente, ofreciendo una enorme cantidad de libertad para interactuar con éste. La misión principal es solo un recordatorio que poco a poco se pierde entre cientos de personas que necesitarán tu ayuda o la sencilla satisfacción de explorar cada rincón de esta detallada urbe. Mis primeras diez horas de juegos consistieron en regalar cafés a trabajadores de aseo, robar comida de departamentos ajenos y terminar en prisión luego de una serie de extracciones monetarias no autorizadas a cajeros automáticos. Si bien el mapa comprende muchas galaxias para explorar, la capacidad narrativa que Starfield posee es suficiente para atraparte en la Nueva Atlántida y prepararte para futuras interacciones en otros planetas, lunas o estaciones espaciales.

La esencia del rol en lápiz y papel

Tras adquirir una Xbox 360 hace aproximadamente quince años, uno de los primeros títulos que pude disfrutar fue Mass Effect (2007). La mezcla de acción en tercera persona con elementos de rol ambientada en una ópera espacial en donde la toma de decisiones impacta eventos futuros me recordó inmediatamente un género literario algo perdido en la actualidad: La hiperficción explorativa, conocida en inglés como Choose Your own Adventure, libros orientados a estimular la lectura en niños, caracterizados por utilizar un método de lectura basado en opciones que llevan al lector a encontrar diferentes destinos como consecuencia de sus decisiones. La similitud entre ambos medios despertó en mi persona un interés por las narraciones interactivas, adentrándome en sagas como Ace Attorney, Monkey Island y videojuegos que deberían estar en un museo como Radical Dreamers, título de Super Famicom, exclusivo en Satellaview, emulación y flashcarts durante décadas. El hambre por diferentes expresiones del género llego a un punto en que no me di cuenta cuando me encontraba en una mesa junto a nueve personas más rellenando una hoja de personaje correspondiente a la cuarta edición de Vampiro: La Mascarada (o edición de aniversario número veinte, según White Wolf).

Starfield no es el primer juego de Bethesda que utiliza elementos interactivos para desarrollar la narrativa, así como esta compañía no es la primera en destacarse por utilizar el rol tradicional como una mecánica base de sus videojuegos. La existencia de los RPG en computadoras se remonta a la década de los setenta, años en donde desarrollaron de forma particular los primeros videojuegos para computadoras mainframe, masificándose la década siguiente en las nuevas máquinas de escritorio basadas en la arquitectura x86 o hardware europeo como el Commodore 64, ZX Spectrum o Amiga, sistemas que recibieron títulos como Dungeons & Dragons, Wizardry o la saga Ultima. Durante estos años, Bethesda Softworks era una empresa desarrolladora enfocada principalmente en videojuegos deportivos y no fue hasta la década de los noventa que publicó su primer RPG para computadoras, titulado The Elder Scrolls: Arena, el cimiento sobre el cual edificó su reputación como desarrollador de videojuegos con alta capacidad de inmersión durante diecinueve años. Las casi dos décadas de experiencia se reflejan de manera explícita en Starfield desde el inicio de tu aventura, en donde debes crear tu personaje en sus aspectos físicos, morales, laborales y biográficos, ofreciendo una gama de posibilidades extremadamente amplia que alterarán tu aventura de forma positiva o negativa. Las opciones relacionadas al contexto y habilidades de tu avatar determinarán las habilidades con las que tu personaje contará desde el comienzo de tu historia.

Una fusión entre jugador de rol y game master es la mejor forma de describir el desarrollo de la enorme cantidad de historias que componen este videojuego. Cada situación o conflicto puede ser resuelto por medios pacíficos o violentos tales como la diplomacia, intimidación, soborno, negociación, intercambio de favores o peleas, y tendrá consecuencias tanto en el progreso de la historia como en tu imagen pública. Si bien el combate con armas (o desarmado) compone gran parte de las misiones del juego, las vías alternativas para finalizar una quest me parecen un alivio tras completar dungeons tenebrosos y repletos de acción. Un tercer elemento que acompaña el tránsito del combate a la sociabilidad es la tecnología e investigación: habilidades como hacking, botánica, cocina o comercio te permitirán ocuparte en actividades que aportan experiencia e ítems necesarios para modificar tus armas, traje y boostpack e incluso ser capaz de crearlos tú mismo, si destinas los puntos de skills necesarios en certificaciones de desarrollo, llegando incluso a poder obtener ítems con características únicas que no pueden ser encontrados o adquiridos de formas convencionales. Si lo que te interesa es combatir, Starfield te ofrece skills para mejorar tus habilidades físicas, militares y de navegación espacial con el fin de convertirte en un guerrero de elite por los medios que tu estimes convenientes. Mejorar tu estado físico y de salud es una inversión en defensa que aumentará tu HP, capacidad de carga, resistencia a condiciones ambientales extremas o caídas fuertes. La masterización de diferentes armas o el entrenamiento en el uso de tu propulsor es la contraparte ofensiva, necesaria para sobrevivir los ataques de piratas espaciales, aliens, facciones adversarias o cazadores de recompensas tras tus pasos. El mismo principio de ataque y defensa aplica para tu nave espacial, la cual podrás dotar con escudos extras, mayor potencia en cañones y misiles o economizar el consumo de combustible para alcanzar distancias más largas al viajar a la velocidad de la luz.

Los sistemas descritos funcionan como una hoja de personaje tradicional, la cual completas en base a tus necesidades, como también a las adversidades presentadas por el videojuego. La gran cantidad de opciones para construir las capacidades de tu personaje no es solo un estímulo para desatar tu creatividad, ya que al no existir la posibilidad de adquirir todas las skills existentes, comienza a germinar la tentación de iniciar una nueva partida en el futuro con la intención de probar nuevas rutas en el árbol de habilidades. Encontrar nuevos compañeros de tripulación o unirte a diferentes facciones en un videojuego en donde las alternativas para completar una quest y sus consecuencias futuras son muchas, actúan como rayos de sol que lograron que el proceso de maduración de la semilla se completara en mi cerebro. Es decir, tengo ansiedad por re-jugar un videojuego que aún no termino y no sé si reír o llorar.

Le diré algo, soy de Buenos Aires y opino que hay que acabarlos

Bethesda catalogó Starfield como un juego “Nasapunk”, y creo que están en lo correcto, considerando los aspectos tecnológicos y estéticos altamente inspirados en el periodo histórico de guerra fría conocido como “carrera espacial”, presentando un futuro desde el imaginario de quienes crecieron durante la constante batalla por la innovación tecnológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Las leyes de la física y la existencia alienígena se encuentran más cercanas a la ciencia ficción contemporánea, siendo esta quizás una cualidad poco pulida o mediocre presente en Starfield: la similitud de éste con otros shooters espaciales como Destiny, Halo o Mass Effect es imposible de ignorar. Las mecánicas de combate, el diseño “no tan lineal” de los dungeons o la ambigüedad de los extraterrestres quizás dé la impresión de que esto ya se ha visto. Por suerte, como mencioné unos párrafos atrás, los aspectos sociales descritos compensan la poca originalidad de la acción y exploración a pie. El generar amistades o contratar tripulación será de vital ayuda ofensiva y defensivamente cuando explores cuevas, lunas y estaciones repletas de enemigos, aunque esta capacidad se encuentra limitada a un solo acompañante. Puedes escoger a tu compañero ideal completando quests o hablando con ciertos NPCs presentes en las tabernas de las principales ciudades del universo. Cada uno cuenta con sus propias habilidades y personalidad, aportando una cuota de variedad y estrategia a estas secciones de gameplay descritas. Si no quieres escuchar a tus amigos o subordinados opinar sobre la misión, también existe la posibilidad de adquirir un robot y así no perder los beneficios de aventurarte acompañado.

Tus aventuras te llevarán a conocer distintos sistemas de administración estatal divididos en dos grandes grupos: United Colonies y The Freestar Collective; facciones encargadas de preservar la paz, seguridad y bienestar de las colonias y sociedades planetarias asociados a ellos. Las principales ciudades reflejan la filosofía de vida de estos bandos a través de diferentes formas arquitectónicas, visiones de mundo y maneras de vestir. Las Colonias Unidas funcionan bajo un estado militar en donde cualquier ser humano puede optar a ser ciudadano si sirve a su país en policía intergaláctica o milicia durante una cantidad de años, muy al estilo del libro y/o película Starship Troopers. La tecnología y forma de vida de este lado del universo también recuerda a los films de la saga Alien, sin caer en el plagio o pastiche. Por su lado, El Colectivo de Estrellas Libres es una especie de viejo oeste norteamericano en el espacio; una sociedad con menor control policial en donde la ley es controlada por Vaqueros interestelares en constante fricción con cazadores de recompensas. Este sector del espacio alberga diversos asentamientos humanos con estilos de vida opuestos: Neon es una ciudad violenta con una sociedad altamente dependiente de tecnología, adictos a drogas y violencia, regidos por un gobierno corporativo que solo busca maximizar sus ganancias. En contraste, la ciudad de Akila es un lugar de aspecto rústico, de naturaleza desértica, habitado por ciudadanos sencillos, demostrando que los fundadores de esta agrupación estaban mirando películas de Sergio Lione y el anime Cowboy Bebop cuando redactaron los principios de libertad de vida y autodeterminación de sus pueblos.

Si contrastamos originalidad versus inspiración/tributo, Starfield es un juego balanceado, tiene identidad propia y una cantidad no tediosa de referencias a la cultura pop. Agradezco esta particularidad en un mar de títulos Sci-fi con mayor inspiración en franquicias como Star Trek, Dune, Star Wars o Warhammer 40k.

Conclusiones

Podría escribir muchas líneas más sobre la nueva entrega de Bethesda, mas no puedo sin indagar en la historia y privarte de disfrutarla por cuenta. Starfield es un videojuego lento que requiere una inversión de al menos tres horas de tu tiempo para poder disfrutar de el en su máxima expresión. Esto no implica largas sesiones de juego tras su introducción ya que puedes grabar tu progreso en cualquier lugar siempre que no te encuentres en un combate o diálogo, quedando a tu disposición cuanto quieras explorar o avanzar la historia.

La inmersión de Starfield es posible gracias a gráficas de alta calidad, música ambiental interactiva y un guion de calidad. Los actores de voz aportan un toque de humanidad a los personajes muy difícil de encontrar en una era donde los videojuegos “Triple A” recurren al humor post-irónico como elemento narrativo. El concepto de crear tu propia aventura, en adición a un skilltree variado le dan a Starfield un valor de rejugabilidad tremendo. ¿Vale la pena comprarlo? Sí. En oferta o a su precio actual, Bethesda lanzó un producto, que si bien tiene algunos bugs, está completo, funcional y libre de microtransacciones. Recomiendo que pruebes si es de tu agrado si tienes una Xbox Series y Gamepass. La versión disponible en esta plataforma no incluye el contenido descargable que ofrece la edición premium, lo que a mi parecer no es algo terrible ya que el videojuego base incluye contenido, suficiente como para mantener tu interés durante horas. Por otra parte, si juegas principalmente en un PC deberías esperar a que se encuentre en oferta y en un estado de compatibilidad de hardware más amplia.

Desconozco las opciones presentes en la versión de computador, pero mis mayores quejas con Starfield son la carencia de opciones gráficas adoptadas masivamente en esta generación de consolas como priorizar el framerate por sobre las gráficas. El despegue y aterrizaje automático de las naves espaciales es quizás el elemento que más juega en contra a un videojuego que fue vendido como una experiencia inmersiva, y si bien esta falta de libertad no me parece algo terrible, su inclusión a futuro sería un aporte tremendo en la solidificación de Starfield como una de las mejores entregas del año.  Tampoco entiendo por qué no crearon un vehículo de exploración durante los ocho años que tomó el desarrollo ni quiero formular teorías de conspiración en donde Bethesda planifica sus videojuegos esperando que los modders terminen el trabajo.

Y no, no soy de Buenos Aires, es una frase perteneciente al doblaje latino de la película Starship Troopers (1997). ¡Gracias por leer el review! Sigo con el mate que está bárbaro.

Recomendado para:

• Fans de la ciencia ficción, First Person Shooters y RPGs de acción.
• Videojugadores interesados en experiencias inmersivas.
• Personas que posean una Xbox Series y Gamepass. IT’S FREE!
• Indecisos respecto a adquirir una Xbox Series. Starfield es una posible killer app.
• Usuarios de computadoras de alta gama.

No recomendado para:

• Videojugadores con poco tiempo disponible.
• Personas ansiosas. La lectura es vital para entender el lore y los objetivos del juego.
• Fans de simuladores espaciales que no soportan una pantalla de carga por más de cinco segundos.
• Usuarios de PC de gama baja. Se han reportado poca optimización por lo que recomiendo esperar un tiempo a que la comunidad de modders Bethesda desarrolle un parche.

Por farinata