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Nombre: 13 Sentinels: Aegis Rim

Desarrollador: Vanillaware

Publicador: Atlus

Fecha de Salida: 22 de septiembre de 2020

Plataformas: PlayStation 4, Nintendo Switch

Recuerdo cuando se anunció hace ya un montón de tiempo que Vanillaware (conocidos por joyas como Muramasa: The Demon Blade o Dragon’s Crown) estaba trabajando en este título. Recuerdo también mi decepción cuando supe que sería una novela visual, que está lejos de ser mi género favorito. Y así fue como eventualmente el juego salió, y pese a mi amor por los desarrolladores, lo dejé pasar… hasta que en algún momento, la difunta Microplay lo tiró en oferta, y lo terminé comprando como a ocho luquitas para PS4.

Siendo totalmente honesto, lo jugué porque pensé que sería una experiencia breve, que me permitiría sacarme la espinita de tener un juego de Vanillaware sentado en el backlog. Además, todo el mundo dice que es bueno, más allá del género y toda la cosa.

Las primeras tres horas me costaron un montón, casi dejo el juego tirado más de una vez. Pero perseveré, terminé demorándome más de lo previsto en terminarlo, y cuando comenzaron a correr los créditos experimenté algo que hace rato no experimentaba con un juego.

No entiendo nada

Todo parte bien al choque, en una pelea entre adolescentes conduciendo mechas gigantes peleando con monstruos raros. No sabemos qué monos pinta nadie, ni a qué se refieren con más de la mitad de las palabras que dicen. Cuando terminamos la pelea, nos vamos a 1985 y conocemos a Juro Kurabe, un cabro de educación media (pero no la mula de acá, sino la sugoi de Japón) que está obsesionado con las películas de ciencia ficción. La cosa es que este cabro está comenzando a tener sueños raros, en los que él pilotea un mecha gigante y lucha contra invasores gigantes (guiño, guiño). La cosa podría ser resultado de una simple sobreexposición a ese medio, pero pronto nos quedará claro que otros chiquillos y chiquillas están en las mismas.

Hola, soy el Juro.

Surgen muchas preguntas, y respuestas a preguntas que no nos habíamos hecho, todo al mismo tiempo que aparecen más y más personajes protagonistas (y secundarios también), llegando a los trece, todos con nombres en japonés que nos enredarán aún más. La confusión se acumula, y dentro de las primeras horas no vamos a entender nada. Pero si perseveramos, todo comienza a hacer sentido.

Un SRPG con harto de novela visual

Estructuralmente, 13 Sentinels es un juego sencillo, sólo podemos hacer dos cosas: ver las historias de los personajes en un formato cercano a la novela visual y pelear con bichos malos invasores del espacio en lo que básicamente es un RPG de estrategia.

En lo que refiere a la novela visual, tendremos una serie de personajes para elegir y continuar conociendo su historia. En la medida en que avanzamos desbloquearemos personajes nuevos, pero también nos toparemos con bloqueos, que implicarán avanzar en otras historias o en las peleas para ser habilitadas. Las historias se irán entrelazando de forma no lineal, entregando dudas y certezas en partes iguales, y alimentando siempre nuestras ganas de saber más.

Lo más interactivo que podemos hacer en las secciones de historia es pensar en cosas, y a veces compartirlas con otros personajes.

Al principio, los personajes comienzan siendo un poco genéricos, pero se desarrollan excelentemente, al mismo tiempo que la trama se desenvuelve y la importancia de todos los eventos que trascurren se hace evidente. Creo que es sorprendente lo bien que se retratan ciertos elementos de la adolescencia, como la torpeza e incomodidad con la que tiende a expresarse la ternura, por ejemplo. Pues, al ser adolescentes, muchos de los y las protagonistas están recién comenzando a conocerse a sí mismos y qué monos pintan en este mundo.

Y respecto a la trama en sí misma, ¿qué puedo decir sin caer en spoilers? Simplemente, que es excelente. Es un festival de tropos de la ciencia ficción sorprendentemente bien ensamblados que, sin perder ni una nota, hace tremendo homenaje a los grandes clásicos del género, sea cine, literatura, o anime, o lo que sea. Así, viajaremos en el tiempo entre distintas épocas, habrá androides, pistolas que disparan rayos, nanomachines son, y cuánta cosa haya aparecido alguna vez en este género.

Robocs gigantes y malvados.

Si pudiera resumir la trama de algún modo, sería así: unas criaturas mecánicas llamadas Deimos aparecen en distintas épocas de la historia humana y destruyen el mundo. Ahora es el turno de 1985, por lo que un tropel de adolescentes debe luchar contra ellas para evitar la extinción de la humanidad.

La cosa puede sonar genérica, y es cierto que parte desde una parada bastante genérica, pero también es cierto es que la trama y el desarrollo de los personajes avanzan en direcciones que no esperábamos, llenos de momentos en que nos tenemos que cuestionar los eventos que ya vivimos y tratar de hacerlos calzar con la nueva información que estamos recibiendo. Por suerte, hay un modo en que nos permite revisitar escenas e información relevante, para que podamos ir poniendo las piezas en su lugar.

Así, el juego nos hace pisar el palito una miríada de veces, para después decirnos, “en realidad, la cosa es así”. Y es brillante. O, si quieren otra palabra, extraordinario. Más aún si lo conjugamos con el estilo visual mega premium al que Vanillaware nos tiene acostumbrados.

El arte es extraordinario, como es costumbre con Vanillaware.

Una novela visual con algo de SRPG

Obviamente, no sólo de novelas visuales se vive. Y en el caso de 13 Sentinels, esto es evidente, pues, de forma casi completamente separada, tenemos un modo en que podemos jugar un RPG de estrategia en que luchamos con los bichos que vienen a invadir la tierra. Todas las etapas parten de la misma base, podemos elegir seis de nuestros trece personajes y luchar contra lo que el juego nos tire. El objetivo es matar a todos los malos sin que nos maten a nadie, o alargar el combate lo suficiente como para que se active una cosa —llamada Aegis Terminal— que mata a todos los malos de una. En mi experiencia, es mucho más común ganar por eliminarlos a todos que por el tiempo que se requiere para activar la súper Aegis Terminal. Por el lado de los enemigos, nos hacen perder si nos matan a alguien, o si destruyen la Terminal.

Entre nuestros personajes, tendremos distintos tipos de centinelas, divididos en cuatro “generaciones”. Los de primera generación son lentos y pesados, pero pegan tontos combos cuerpo a cuerpo. Los de segunda generación son un poco más blanditos, tienen distintas funciones que los hacen buenos en casi todas las circunstancias pero no ser mejores en ninguna, y pueden desplegar torretas y chiches de esa índole. Los de tercera se especializan se enfocan en el combate a distancia, siendo muy blanditos, pero teniendo algunos de los ataques más satisfactorios del juegos (como el “super large missile”). Finalmente, los de cuarta generación pueden volar, siendo los que más rápido se mueven por el mapa y, sin bien, son bastante versátiles, me costó darles un uso más especializado. Pero quizás es problema mío.

Cada vez que matamos un enemigo, ganamos meta-chips, que nos servirán tanto para desbloquear nuevos ataques, como para mejorar los que ya tenemos. Asimismo, en la medida en que avance el juego, podremos desbloquear la posibilidad de usar estas fichas para mejorar directamente los stats de nuestros centinelas que, de otro modo, sólo mejoran cuando los subimos de nivel.

Eligiendo habilidades para el second best boy, Nenji Ogata.

Al principio, el sistema de pelea se siente bien mula, como si se jugara sólo, pero en la medida en que avanzamos, será cada vez más necesario que elijamos bien a quiénes llevaremos a las peleas, y qué habilidades les desbloqueamos y equipamos. Y aunque el juego no es tan difícil ni siquiera en la máxima dificultad, igual es humillante terminar una misión con rango D.

Creo que el único problema a largo plazo del sistema de pelea, es que es visualmente fomecito. El mapa de la ciudad es casi puro gris con unas rayitas azules que dan cuenta de los caminos, y tanto nuestras unidades como los enemigos están designados por distintos tipos de cursores inspirados en juegos retro. Estos tienen formas geométricas sencillas y pocos colores… distando muchísimo del diseño “real” de cada unidad. Supongo que es en favor de que la información en pantalla sea más clara, pues a veces hay MUCHOS enemigos simultáneos, y quizás las ilustraciones tan complejas de Vanillaware podrían hacer que la cosa sea vea como una gran mancha vomitosa. Pero el resultado final no me satisface del todo.

Los enemigos se ven como esas flechitas mula en el mapa, y su diseño es mega pulento cuando vemos su descripción.

Excelencia

Es difícil explicar por qué un juego es tan bueno, si el acto de referirse a lo mejor que tiene puede echar a perder la experiencia de las personas que aún no lo han jugado… así que me va a tener que creer. 13 Sentinels toma una cantidad importante de elementos, tanto en lo narrativo como en el gameplay, y hace que funcionen. Y que funcionen excelentemente. Todo cumple un cometido, y todo se orienta a construir esa gran imagen que veremos al final del juego. Y será hermoso. No he jugado The Last of Us Part II, y no creo que nunca lo haga, pero no sé cómo le pudo haber ganado el premio de mejor narrativa a 13 Sentinels el 2020. O es extraordinario, o 13 Sentinels se hundió bajo el peso de ser un juego de “nicho”, lo que me parece una pena, pues esta clase de juegos necesitan más exposición.

Si usted comenzó el juego y no le gustó mucho, le pido que le de otra oportunidad. Yo pasé por lo mismo, y terminó siendo una de las mejores experiencias videojueguísticas que tuve el 2023. Vanillaware aspiró a la excelencia, y lo consiguió con creces con este título. Creo que 13 Sentinels: Aegis Rim no es sólo un gran videojuego, sino un gran exponente de la ciencia ficción, en general. Me atrevería a decir que, incluso, es una obra maestra. Pero eso sólo el tiempo lo dirá.

Average yakisoba pan enjoyer.

Recomendado para:

  • Todo el mundo. Todo el mundo debería jugar esto.
  • Amantes de la ciencia ficción. Es que, en serio, juéguenlo.

No recomendado para:

  • Gente que no sabe lo que es bueno.
  • Personas que no toleren las novelas visuales.
  • Gente hueona.
  • No sé. Genuinamente no sé.
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