Voltaire decía por ahí, que una persona inteligente es aquella que es capaz de aprender desde la experiencia ajena. Mario Soro —artista visual chileno—, me comentaba a finales de los noventa, que un buen crítico es aquel que es capaz de criticar sentando las bases en su propio trasfondo. Mi progenitora —por otra parte— me dijo ya en mi adultez, que yo no servía ni pa’ mal ejemplo…
Estas citas fueron la flama que encendió mi carrera de escritor amateur por ahí por el 2016, y que posteriormente insuflaron el espíritu detrás de la idea que dio vida por dos años y algo a Paternidad Gamer.
Pero tristemente, cada vez me cuesta más escribir Paternidad Gamer. No sólo por la falta de tiempo relacionada a los muchísimos proyectos entre los que estoy metido (y que consumen casi todo mi tiempo libre), sino que, además, porque juego cada vez menos. El sólo hecho del apellido gamer, me deja ahora en el paladar un sabor ocre y cargado de hipocresía. También existe la posibilidad de que mis hijos sientan igual, cuando leen en mis escritos la palabra paternidad… si es que me leen, claro está.
Es por todo esto, que me veo en la obligación de cerrar Paternidad Gamer.
Eso, espero hayan podido abstraer sabiduría de mis experiencias personales, y logren ustedes transmutar mis errores en virtud, virtud que sea aplicable a sus propias vidas. Yo, por mi parte, seguiré jugando con mis hijos… en la medida de lo posible.
See you, space cowboy.
Post scriptum: De todas formas, pueden leer mis otros éxitos y fracasos, tanto en Multiplayer.cl como en otros lugares, sea en formato físico, en libro digital, o en la inmensa internet. 😉
Uff. Es difícil no leerte y pensar en que me pasa algo parecido a pesar de no tener hijos, la adultez hace que cada día sea más difícil dedicarnos a cosas que amábamos tanto cuando éramos más jóvenes llenos de sueños y energía. Gracias por tanto amigo Intel.
Seba Osses