Nombre: Patapon 2 Remastered
Desarrollador: Japan Studio
Publicador: Sony Interactive Entertainment
Fecha de Salida: 29 de enero de 2020
Plataformas: PlayStation 4
Patapon 2 es un juego originalmente lanzado para PSP por allá por el 2009, siendo una secuela del aclamado Patapon (obviamente), es más de lo mismo, pero con esteroides. Mi copia de PSP llegó a mí por casualidad, pues venía incluida con la consola que le compré a alguien en una conocida página de compraventa hace más de diez años. Se transformó rápidamente en uno de mis juegos favoritos de la plataforma (junto con The Legend of Heroes: Trails in the Sky, por supuesto).
Pero bueno, hoy no vengo a hablar del original de PSP, sino del remaster de PS4. De todos modos, dejaré un espacio al final para hacer una pequeña comparación.
Pata Pata Pata Pon
Patapon 2, al igual que su predecesor, es un juego difícil de encasillar en un género. Es un juego de ritmo, pero también de estrategia en tiempo real y con uno que otro tinte de RPG, sobre todo en lo que refiere a farmear materiales para mejorar nuestras unidades. Entiendo que tiene una historia, pero casi todos los diálogos son durante el gameplay, y soy incapaz de prestarles atención y mantener el ritmo al mismo tiempo. Así que no tengo idea.
El juego nos pone en el lugar del dios de los patapones, que son una tribu de monitos con forma de globo ocular kawaii con patitas y manitos. Con unos tambores mágicos les damos instrucciones y ellos acatan. La cosa es así: cada uno de los cuatro botones del control (círculo, cuadrado, triángulo y equis) es un tambor, y debemos apretarlos al ritmo de la música para dar una instrucción. Un compás es nuestra instrucción, y el siguiente es la ejecución por parte de nuestro ejército, y así hasta que la etapa se acaba. Por ejemplo, si queremos que los monos avancen, debemos hacer “Pata Pata Pata Pon” (cuadrado, cuadrado, cuadrado, círculo). Si lo hacemos bien, los monos avanzarán. Si mantenemos el ritmo sin errores, entraremos en modo “Fever”, que hace a los monos más poderosos y la música más loca. Existen distintas “canciones” (las instrucciones) que iremos desbloqueando, pero las más comunes son la para avanzar, ya mencionada, y “Pon Pon Pata Pon”, que es para atacar.
Antes de cada misión, podemos organizar nuestras tropas. Tenemos distintas unidades, divididas en tres grupos; además de un héroe y un mono llamado hatapon, que lleva un estandarte, y que si muere es Game Over. Cada grupo puede estar conformado por un solo tipo de unidades. Así, nuestro primer grupo pueden ser tatepones (monos con espada y escudo), el segundo yaripones (monos con lanzas) y el tercero yumipones (monos con arco y flecha). Hay otros tipos de unidades que podemos ir desbloqueando, entre los que destaco a los megapones, que atacan haciendo música con una tuba.
El hatapon se supone que es el que canaliza los designios divinos en instrucciones, o algo así. Y el héroe es un mono especial —el más poderoso de nuestras unidades— que puede ser de cualquier tipo de patapon, y además, puede usar máscaras especiales que le dan poderes y mejoran sus stats.
Hay un montón de armas y armaduras que le podemos equipar a cada uno de nuestros monos para hacerlos lo más letales posibles, o para adaptarnos a circunstancias específicas, como fortalezas o debilidades de jefes. Además, están las máscaras que ya mencioné, que se desbloquean en un modo de juego llamado Patagate, en donde repetiremos —contra reloj— las etapas de la campaña con un equipo conformado por tres héroes CPU y nuestro propio héroe, siempre y cuando algún enemigo o jefe de dicha etapa nos bote un huevo (sí, un huevo) que la desbloquea en el Patagate.
El juego cuenta con un sistema de customización muy detallado para nuestras unidades. Cada uno de nuestros patapones cuenta con una especie de skilltree, donde podemos desbloquear distintos subtipos de patapon, y subirlos de nivel. Distintos subtipos sirven para distintas cosas, y mientras más alto su nivel, más fuertes. Obviamente, esto requiere dinero (llamado kaching) y materiales, que deberemos farmear ardua y largamente para conseguir los monos que necesitamos para superar los distintos desafíos. Y cuando digo ardua y larga, no estoy exagerando, parte importante del juego es farmear jefes y etapas que ya hicimos para conseguir más materiales. Y cada vez que nos pasamos un jefe o etapa, ésta sube de nivel, volviéndose un pelo más difícil la vez siguiente. Así que si eso no le gusta, este juego posiblemente no es para usted.
Finalmente, tenemos unos poderes llamados Juju, que podemos usar en medio de las peleas, y que típicamente alteran las condiciones climáticas. Por ejemplo, unos hace que el viento sople a nuestro favor, haciendo que nuestros proyectiles lleguen más lejos, y que los de nuestros enemigos se devuelvan.
En mi opinión, el gameplay loop es genial: matar cosas para mejorar nuestros monos, para matar cosas más grandes. La idea general es sencilla, pero requiriendo de harta experimentación y cabeza para hacer que los resultados sean positivos. Todo acompañado por una música que es genial, cantada por los mismos patapones. Y, si bien, el juego tiene algunos temas por aquí y por allá —como algunos ataques de jefes que están fuera de ritmo, por lo que nos pueden pegar pese a haberlos esquivado bien, o jefes que se dedican a puro arrancar— la cosa es usualmente siempre divertida.
Excepto por un elemento que veremos en el siguiente apartado.
Pon Pon Pata puta la weá, me equivoqué
Los minijuegos. Los minijuegos no me gustan. No es que sean terribles, pero perjudican más de lo que ayudan, creo. Hay dos tipos, los que se pueden jugar desde la zona que sirve de Hub, que sirven para obtener materiales; y los que se juegan al final de las etapas de Patagate.
Los del hub son para conseguir ítems para mejorar patapones, y armas. Todos requieren plata, y los que sirven para crear armas también requieren ítems raros. Los problemas que tienen son dos: duran mucho, no ayudando que cada vez que los hacemos nos repiten un papiro de texto que no se puede saltar; y tienden a ser muy castigadores, dando pocos o nulos ítems, o de baja rareza. El de las armas es el más terrible, en mi opinión, pues hay que hacerlo perfecto o nos mandan a la chucha. Literalmente, le pasas un pedazo de mithril y 150 kaching al mono, te equivocas una vez, y te dice que te vayas a la mismísima mierda. En el nivel más alto, es un calvario tan horrible, que cada vez que perdía (que fueron muchas) reseteaba el juego y volvía a intentar (para no perder el ítem). Y bueno, resulta que cuando por fin obtuve un arma (que además es random), en vez de grabar, y por mera memoria muscular, volví al menú de título y perdí el ítem PARA SIEMPRE, porque no me volvió a salir más.
Los minijuegos al final de cada etapa de Patagate son como el hoyo, no porque sean malo, sino porque definen el premio de la etapa. Podríamos conseguir una máscara pulenta que le de nuevos poderes a nuestro héroes, o un nuevo monito CPU que nos ayude… o un pedazo de basura que podemos farmear más eficientemente matando a un jefe de manera normal. Pues resulta que da lo mismo que te hayas pasado la etapa como un campeón, si la cagaste mucho en el minijuego, te van a dar caca, y vas a tener que hacerlo de nuevo. Y de nuevo. Y DE NUEVO. No sé a quién se le ocurrió que el minijuego tenía que ser más importante que la etapa, pero tiene todo mi odio.
Don Don Shaka Shaka
Como prometí, y basado en mi experiencia con el juego original, comentaré algunas cosas del remaster, lamentablemente, casi ninguna es buena. En primer lugar, hay input lag que, como podrá imaginar, no es ideal en un juego de ritmo. En la PSP no había input lag, posiblemente porque es una consola portátil y todos sus elementos están directamente cableados entre ellos. Así que no olvide poner su tele en modo videojuego, si es que lo tiene.
En segundo lugar, el audio está mezclado de forma extraña, resultando en que a veces los sonidos de nuestros tambores se pierden en un mar de sonido, lo que es bien incómodo. Mi sugerencia es que use audífonos y ponga el juego en modo audífonos… porque no hay una opción para subirle el volumen sólo a los tambores.
Finalmente, una gracia del remaster es que el juego está en 4K, resolución muy por sobre los 480*272 de la PSP. Sin embargo, hay varias cutscenes que son un upscale ordinario de la versión de PSP, incluyendo la de los créditos del juego.
Así entonces, lo único bueno del remaster es el 4K durante el gameplay y la disponibilidad del juego en plataformas modernas. Todo lo demás es flojito, y tendiente a estar por debajo del original. Si lo tiene en PSP y no le molesta la pantalla chica, jugarlo ahí es mejor.
Pata Pon Don Shaka
Más allá de los temitas del remaster y mi odio personal a los minijuegos, Patapon 2 es un excelente juego, sobre todo en lo que refiere a su original gameplay. No sé si existe otro juego de ritmo tan particular como éste, en que el énfasis está en matar cosas, y no en bailar o tocar música, propiamente tal. Dele una oportunidad si tiene ganas de una experiencia que, pese a todos los años, sigue siendo novedosa y especial.
Recomendado para:
- Quienes quieran una experiencia rara, única, y muy entretenida.
- Videojugadores que quieran algo un poco más allá de lo casual, sin llegar a lo mega súper hardcore.
- Personas que no tengan una PSP u otros medios para jugarlo.
No recomendado para:
- Gente que no tolere el input lag. No es tan terrible, pero siempre hay alguien que no lo va a soportar.
- Detractores del farmeo. La mitad del juego es farmear.
- Personas que no puedan seguir un ritmo en 4/4.