
Nombre: Stardew Valley
Desarrollador: ConcernedApe
Publicador: ConcernedApe
Fecha de Salida: 26 de febrero de 2016
Plataformas: PC, macOS, PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, Móvil (básicamente, todo)
Esta no es la primera vez que Multiplayer hace referencia más o menos detallada a Stardew Valley, específicamente, Ambron —que es nuestro conocedor máximo de los simuladores de granjitas— ha dedicado palabras al juego. Más específicamente, el 18 de agosto de 2021 (¡cómo pasa el tiempo!) publicamos un artículo de su autoría, llamado “El universo de las granjas”, en el que se pegó una maratón de reseñas de un lote de juegos de granjitas. En términos generales, Ambron cantó loas sobre el gameplay de Stardew Valley, mas su parte social sim no le gustó tanto, siendo opacada por juegos como Los Amigos de Pueblo Mineral de Harvest Moon o Mi Tiempo en Portia.
Ahora bien, si Ambron ya habló de la cosa, ¿qué hago yo redundando en la materia? Bueno, a mí me vale verga el aspecto social sim del juego, y vengo a hablar del gameplay, sobre todo a la luz de la actualización 1.6 lanzada a principios de noviembre de 2024. Digamos que vengo a refrescar las cositas nuevas que le han metido al juego desde que salió. Porque yo no lo jugaba como desde el 2017. Así que eso.
Ser explotado por el capitalismo vale hongo, pero ser el capitalista es lo máximo
En el lecho de muerte más ordinario posible, nuestro abuelo nos entrega una carta que reza que, cuando estemos chatos de ser aplastados por un empleo sin sentido, podemos heredar su súper granja y reconectarnos con lo verdaderamente importante… sea lo que eso sea.
Así entonces, luego de una cutscene que muestra como una pega de oficina nos muele el alma, llegamos a Pelican Town, a una granja que está para la corneta. Hay unos NPCs que dicen cosas, pero como ya indiqué, me vale madre. Lo importante es que desde este momento enfocaremos todas nuestras energías en erigir nuestro imperio agrícola, consiguiendo cada vez dinero, para extender aún más nuestras raíces sedientas de capital, para invertir en expandir nuestra eficiencia casi fordiana, para ganar más plata y repetir ad infinitum.

Stardew Valley, como cualquier juego de granjitas, es un sueño húmedo keynesiano, donde la demanda es infinita, y por lo tanto, mientras podamos expandir nuestra capacidad productiva, expandiremos nuestro capital. Todo esto, sin rendimientos decrecientes, ni cobrar menos por volumen ni pagar impuestos, ni nada que dé cuenta de que Stardew Valley no esté localizado en un paraíso fiscal.
Pasar de arar la tierra a tener mano de obra no remunerada
Al comenzar el juego personalizaremos a nuestro personaje y elegiremos el tipo de granja de un puñado de opciones. Algunas tienen acceso a ríos o mares, que nos permitirán acceso fácil a pescar peces; en otras aparecerán monstruos durante la noche; o también pueden tener una cantera, que nos dará acceso a algunos minerales. Ahí usted elige lo que más le guste. En mi opinión, la granja estándar es la mejor.
El loop del juego es simple pero satisfactorio: plantamos cosas para cosechar cosas para ganar dinero para mejorar cosas y plantar más cosas. Y repetimos. En vez de plantar, también podemos minar, pescar y hacer otras tonteras, pero la idea es la misma: conseguir recursos parcialmente renovables para conseguir dinero, para ampliar nuestra explotación de los mismos, y conseguir más papel verdecito.
Las gracias de Stardew frente a otros juegos de granjitas son múltiples. Primero, nos da acceso casi inmediato a múltiples opciones. Podemos granjear, ir a las minas, pescar o recolectar cosas prácticamente desde que el juego nos entrega el control sobre nuestras acciones. En segundo lugar, todo lo que podemos hacer se expande en la medida en que avanzamos. Por ejemplo, pasaremos de arar la tierra con una herramienta entera ordinaria, a tener unos monos que parecen manzanas trabajando de temporeros sempiternos sin remuneración. En la misma línea, de vender fruta y verdura recién tironeada del suelo, pasaremos a vender cosas más elaboradas (y caras) como vino, mermelada y leseras por el estilo. Por lo mismo, en la medida en que progresa el juego la distribución de nuestro tiempo en distintas tareas también lo hará. No nos daremos cuenta y pasaremos de ser un miserable que heredó una propiedad gigante sin mediar esfuerzo, a un miserable que heredó una propiedad gigante llena de animales, una cava para añejar vino y herramientas que hacen la pega órdenes de magnitud más rápida… mediando no tanto esfuerzo, en realidad. Esto nos dará cada vez más tiempo para realizar otras actividades… y ganar aún más dinero.
En mi opinión, y a diferencia de otros juegos del género que he jugado, Stardew Valley es el único que explota las mecánicas de granja al máximo, llegando al punto en que el espacio del que disponemos no es suficiente y tenemos que ponernos creativos. O como me gusta decirle, correr la reja y empezar a poner nuestras cuestiones en terrenos que no eran originalmente nuestros sin mediar ley ni consentimiento.
Los NPCs igual sirven
No me detendré en las vidas ni los trajines de los NPCs, porque a quién le importan, pero sí mencionaré que cumplen funciones de utilidad para nuestro imperio. Como en cualquier juego, nos podemos hacer amigos de los habitantes de Stardew Valley, lo que nos dará cuantiosos beneficios, como objetivos gratis, recetas de cosas para cocinar (que nos dan buffs de utilidad o que se pueden vender por más plata) o nos ayudarán a desbloquear nuevas áreas para explorar y nuevos recursos por explotar. Lo que tenemos que hacer es, básicamente, abrir la Wiki y buscar qué es lo que más les gusta. Un número no menor de monitos siente un amor razonable por porquerías que podemos encontrar tiradas en el suelo. Incluso más, algunos venden cosas que les podemos comprar y regalarles inmediatamente… y quedarán de lo más contentos.

Asimismo, podemos arreglar un centro comunitario (o delegar esto a otra empresa capitalista llamada Joja) y obtener aún más beneficios. Así, podemos arreglar un bus conducido por una alcohólica, que nos dará acceso a un desierto con tiendas y un dungeon para explorar. O podemos arreglar un barco e irnos a una isla con un montón de otras cosas para hacer. Y cuando digo un montón, son un montón.
Actualizaciones permanentes
Desde el lanzamiento del juego, el buen Eric Barone ha mantenido el juego actualizado, eliminando bugs y agregando cosas. La isla que mencioné no existe hace mucho, del mismo modo que algunos nuevos metales preciosos, NPCs, y nuevos cultivos. Ambron dijo que el imperio de las piñas no tenía poder en Stardew Valley… y en ese momento tenía razón. Pero ya no, porque las piñas llegaron para quedarse (y ser bastante buenas, por lo demás).

Mecánicas nuevas han aparecido desde el lanzamiento, algunas amplían el late game, alargando la vida a ese triste momento en que realmente no tenemos nada más que hacer en el juego. Ahora, en cambio, podemos desbloquear nuevas habilidades, hacer nuevas (y difíciles) quests, desbloquear versiones alternativas de los dungeon (que tienen enemigos más difíciles y mejores ítems para encontrar), y un largo etcétera. Obviamente, llegará un punto en que se acabe todo lo que podamos hacer, pero eso es inevitable. Y muy posiblemente sea nuevamente sobreseído por una potencial actualización… pues parece que Barone tiene algunas dificultades para cerrar y dejar ir este juego. Pero quién soy yo para juzgar cuando el estado de las cosas me conviene.

Lo mejor del dinero es el dinero
Al final del día, para una persona como yo, Stardew Valley es un juego de optimización, donde podemos mejorar infinitas cosas, para hacer más y mejores cosas, para hacer más y mejores cosas. Es un loop absurdo —igual que la creencia en el crecimiento indefinido que pregonan algunos economistas tarúpidos de 280 caracteres—, pero entretenido. Y no terminará irremediablemente en la destrucción del planeta que alberga la pequeña comunidad de del Valle del Rocío de Estrella, como si lo harán las mencionadas creencias irracionales.
Tengo claro que esta no es la lectura que ConcerndApe quería que se hiciera de su juego, sino más bien la de retiro a un lugar tranquilo para pasarlo bien. Pero es innegable que el capitalismo desenfrenado es entretenido, sino miré lo bien que lo pasan los multimillonarios de esta cagada de planeta. Ahora, si usted es pobre y/o tiene un mínimo de conciencia, puede dejar sus desenfrenos chupa recursos encapsulados en un jueguito que no le hace mal a nadie, igual que atropellar gente en Carmageddon o reventarle la cabeza con un bate a todo lo que se mueva en Hotline Miami.
No sé cómo llegué a esta reflexión.
Recomendado para:
- Quienes quiera pasarlo bien, tranquilo y relajado.
- Personas con ambiciones de poder y riquezas sin límites. MUAJAJAJA, ejem, digo, granjitas.
No recomendado para:
- Todos quienes tengan preferencia por juegos breves y auto conclusivos. Esto es un hoyo de la perdición en el que uno cae y demora bastante en salir, si es que termina gustándole.
- Personas que se inclinen por los juegos de acción. Como en cualquier capitalist power fantasy, nunca estaremos en riesgo real de perder nada en el juego.