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Nombre: Astro’s Playroom

Desarrollador: Team Asobi, Japan Studio

Publicador: Sony Interactive Entertainment

Fecha de Salida: 12 de noviembre de 2020

Plataformas: PlayStation 5

Astro’s Playroom es un pequeño juego de plataformas que viene preinstalado en todas las PS5, en el que encarnamos a un robotito kawaii que, asumo, es Astro. En nuestra aventura recorreremos distintos componentes de la consola, al mismo tiempo que nos paseamos por la historia de PlayStation. ¿Por qué? Porque necesitaban un juego para demostrar las capacidades del nuevo control de Sony, el Dualsense (la retroalimentación háptica, los gatillos adaptativos, y esas vainas). Pese a que tenía un objetivo más bien utilitario, el jueguito resultó ser a todo trapo y mucho más. Ahora veremos por qué.

Astro —y todo, en realidad— es muy kawaii.

Un plataformero comfy

Como buen tech demo, Astro’s Playroom no es un juego largo, teniendo 16 etapas divididas en cuatro mundos. Cada mundo representa, a su vez, algún componente de la consola (como la GPU o el sistema de enfriamiento) y una generación de consolas de Sony.

Como el objetivo es mostrarnos las cosas chori que hace el control, el juego no es particularmente difícil ni técnico. Más bien, somos invitados a explorar e intentar estupideces para ver qué pasa. Todo esto, en entornos que intentan aprovechar lo más posible la inmersión que permite el famoso control. Así por ejemplo, la vibración se siente distinta si está lloviendo o granizando; y lo mismo ocurre si caminamos por pasto o por barro. Asimismo, siempre tenemos soniditos saliendo del control que complementan muy bien lo que ocurre en pantalla. Obviamente, al final del día son gimmicks que muy probablemente se utilizarán poco en otros juegos, pero acá están excelentemente aprovechados.

También se siente distinto cuando chapoteamos en el agüita.

No es, entonces, algo malo que el juego sea fácil, pues la diversión proviene mayoritariamente de las interacciones con los diversos elementos que se nos presentan.

Otro punto favorable —y forzoso— del juego es su duración, como ya indiqué. Es corto, pues es una demo nomás. Por lo mismo, las ideas y cosas interesantes que propone están sumamente concentradas, entregándonos en cada momento algo distinto que nos sorprenderá, nos hará gracia o simplemente nos llamará la atención. Por ejemplo, en adición a las etapas de plataforma “normales”, también tenemos etapas en que se utilizan otras mecánicas: en algunas escalamos con un traje de mono, en otras somos una pelota que debemos manejar con el touchpad, y así. Todo dura lo suficiente para que sea entretenido y novedoso, pero no tanto como para volverse un tedio.

Tiene además un pequeño modo de speedrun, en el que tenemos ocho etapas basadas en las ideas macro del juego y en sus mundos. También es cortito, pero muy entretenido. Yo lo hice todo, y no soy tan asiduo al speedrun.

Hecho con amor

El juego perfectamente podría haber sido una presentación de 20 minutos de las funcionalidades del control y era. Pero los desarrolladores decidieron ir más allá y hacer un plataformero entrete. Más aún, le dieron mucha personalidad aprovechando la historia de PlayStation. Esto se refleja sobre todo en los coleccionables.

En todas las etapas hay escondidas piezas de rompecabezas que arman un mural con la historia de PlayStation, ilustrada con los robotitos del juego y cosas random. También podemos encontrar artefactos, que son hardware de distintas épocas, como memorias de PS1 o el GPS para PSP que creo que sólo salió en Japón. Todos estos cachureos quedan en una zona llamada PlayStation Labo, donde podemos interactuar con los ellos y mirar los murales, todos siempre lleno de robotitos haciendo alguna tontera.

El Labo.

Hay también en el Labo una máquina de gacha, de la que también podemos sacar algunos artefactos y piezas de rompecabezas, además de más robotitos que se instalarán a hacer tonteras.

En adición a las referencias a hardware e historia, hay referencias a juegos, por supuesto. En todas las etapas siempre encontraremos robotitos actuando como si estuvieran en un juego (con la indumentaria y todo), mientras otro los graba.

Referencias de alto nivel.

Todos estos elementos le dan muchísima personalidad al juego, siendo testimonio del amor que Team Asobi le puso a la cosa. Los trofeos y sus nombres son referencias a elementos relativos a PlayStation. Incluso los detalles que no son referencia a juegos son bacanes. Por ejemplo, en la etapa GPU Jungle la música tiene letra, que podemos encontrar escrita en algunas paredes de la misma etapa y, si vemos a lo lejos, podemos ver una GPU gigante sobre una montaña cantándola.

Palabras finales

Astro’s Playroom es un juego que supera con creces los objetivos que tenía planteados. Es un plataformero de tomo y lomo que, aunque breve, siempre cumple con entretener y sorprender. Si llegan a desarrollar un juego completo de esto, lo compro al toque (eso sí, dejo de lado el juego de Astro que ya existe para VR, porque los headset VR me dan ganas de gomitar).

También aprendí que las imágenes de cuando sacamos un trofeo son distintas en los juegos de PS5.

Recomendado para:

  • Todos quienes hayan comprado una PS5. Dele una oportunidad a la cosa.
  • Quienes quieran jugar algo cortito, comfy y contundente. El juego las hace todas.

No recomendado para:

  • Personas que quieran un juego de plataformas desafiante. Es re fácil la cuestión.
  • ¿Gente amargada? No sé.
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