Nombre: Blasphemous II
Desarrollador: The Game Kitchen
Publicador: Team 17
Fecha de Salida: 22 de agosto de 1995
Plataformas: PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|Y, Nintendo Switch
Blasphemous II es la secuela del exitoso juego de 2019. Es una continuación directa en varios sentidos: la historia continúa en donde se quedó; los elementos gráficos y musicales siguen las líneas ya definidas; la narrativa está estructurada y escrita de forma similar; y el gameplay, si bien agrega y quita cosas, se sigue sintiendo como Blasphemous.
Antes de darle inicio a la reseña, tengo que sincerar una cosa: uno de los aspectos que evalué como negativo en el primer juego (reseña acá) fueron sus controles. Controles no tan responsivos, hitboxes raros, dificultad extrema para subirse a las escaleras de mano, y cosas por el estilo. Bueno, resulta que esa vez jugué con un Pro Controller. Ahora jugué con un 8BitDo Pro 2 y la experiencia fue totalmente distinta. Por lo mismo, no sé si el problema era el Pro Controller (que de por sí, no es el mejor control del mundo), o si el juego fue mejorado. Quizás en algún momento le de otra oportunidad al primero y escriba una actualización a mis pensamientos.
Pero bueno, mucha cháchara sólo para evitar que me vuelvan a tirar caca (más de uno se enojó en redes sociales por mis apreciaciones), así que ahí les va la reseña.
¿Y el Milagro…?
El juego comienza justo después del final canónico de la primera entrega, que fue incorporado con el último DLC. Yo no jugué este DLC, así que no entendí muy bien como parte la cosa. Pero es más o menos así: el Milagro estuvo ausente largo tiempo, hasta que la gente comenzó a clamar por él. Así, un corazón gigante bajó del cielo, que daría luz a un hijo para el Milagro. ¿Por qué? Porque a la gente le gusta sufrir y que la castiguen (literalmente).
Por algún motivo, el Penitente es nuevamente alzado de la tumba, para hacer… algo. No sabemos si fue el Milagro u otro poder poderoso quién lo retornó al mundo de los vivos, pero si sabemos que será su misión sacarle la cresta nuevamente a medio mundo, y evitar que el Milagro haga algo, porque una loquita llamada Anunciada nos dijo que lo hiciéramos. Todo muy misterioso y católico-español-medieval-culposo, en la misma línea de su predecesor.
Si bien, no de forma explícita, el juego hace muchísimas referencias a la primera parte. Zonas que antes eran importantes y fastuosas, ahora están derruidas por el tiempo, abandonadas por sus feligreses. Quienes cruzaron su camino con el Penitente aparecerán referenciados en ítems, o a través del diseño de escenarios, siempre en el estilo que caracteriza al juego. Lo que quiero decir con esto es que, si bien hay elementos narrativos que desconozco (mencioné ya que no jugué el DLC del anterior), igualmente se hace un esfuerzo importante para hacer que la experiencia entre ambos juegos fluya suave como mantequilla caliente.
A falta de Mea Culpa… Veredicto
La estructura de gameplay es muy similar, primero hay que matar tres jefes para conseguir tres ítems y desbloquear una zona necesaria para avanzar; y luego hay que matar a otros cuantos más, para poder llegar a la pelea final. Tiene algo del formato de los Zeldas antiguos.
En este caso se da más énfasis al aspecto metroidvania de la experiencia, puliendo más la experiencia de exploración y el cómo transitamos el mapa. Ahora tendremos varias habilidades desbloqueables, además de habilidades propias de cada arma, que nos servirán para completar puzles.
¡Ah! Y es que en este juego, a diferencia del anterior, tenemos tres armas distintas entre las cuales elegir, conocidas como el Arsenal de Penitencia. Nuestra espada Mea Culpa ya no existe, pero ahora tendremos a Veredicto, un incensario gigante pegado a una cadena; Ruego al Alba, una espada dentada; y Sarmiento y Centella, un estoque y una daga. La lógica de las armas es sencilla, Veredicto pega fuerte y lento, Ruego al Alba es equilibrada, y Sarmiento y Centella son rápidas y débiles. Además, cada una tiene un skilltree que desbloquea habilidades y cositas chori. Estas habilidades se desbloquean con Puntos de Martirio, que obtendremos por matar enemigos y jefes, o que encontraremos en cofres, o recibiremos por cumplir sidequests.
Del juego anterior vuelve el Rosario y las Plegarias. El primero permite equipar cuentas que comúnmente nos dan buffs pasivos (como resistencias a elementos). Asimismo, podemos encontrar Nudos de Rosario, que nos permitirán equipar más cuentas. Las Plegarias son las magias. La verdad es que no recuerdo las del juego pasado, porque casi no las usé. Acá las usé un poco más, pero tampoco tanto. Así que no tengo mucho que decir.
Como novedad, se agrega el Retablo de Favores, en el que podemos equipar figuras de madera que nos darán buffs un poco más interesantes que las cuentas del Rosario. Además, las figuras se equipan en pares, dando ciertos emparejamientos buffs adicionales (y secretos). Además, las figuras muchas veces hacen alusión a personajes del juego pasado, completando algunos vacíos de lore o simplemente evocando su recuerdo.
Paseando por Cvstodia… ¿se sigue llamando así?
No sólo se incorporaron más elementos metroidvania en la receta del juego, sino que también se hicieron cambios a elementos mecánicos elementales. El knockback es lo primero que me llega a la mente. En la entrega anterior, si algo nos pegaba, salíamos para atrás. Si había un hoyo con destino a la muerte, mala cuea. Ahora, en cambio, cuando nos empujan, no nos caemos de la plataforma en la que estamos, incluso si estamos parados en el borde. Del mismo modo, ahora tampoco morimos de forma instantánea si nos caemos a un hoyo o caemos en espinas o algún peligro similar. Ahora simplemente perdemos algo de HP y seguimos con nuestras vidas (a menos que nos quede poco HP, en cuyo caso nos morimos igual).
Lamentablemente, no todo es risas y rosas, pues hay otra cosa que se mantuvo, y a veces se siente incluso peor: el stunlock. No sé si los i-frames son muy pocos o no existen, pero el tiempo que tenemos para recuperarnos de un golpe es poquísimo. Si estamos peleando contra varios enemigos, o contra un jefe que tira muchos poderes y challas, esto puede redundar en que vamos a ser stunlockeados hasta la muerte antes de que el juego nos permita retaliación. Peor aún si estamos cerca de una pared, en la que un mismo enemigo (como esos monos que tienen un casco dorado gigante) nos puede trabar en la pared y hacernos concha mientras el Penitente está permanentemente aturdido.
La penitencia… ¿ha terminado?
Blasphemous II es una continuación de su predecesor con todas las letras. Como mantequilla, como ya dije. Hay cosas nuevas y arreglos, pero sigue habiendo temitas por aquí y por allá, aunque nada que manche mucho la experiencia.
En términos generales, el juego se siente menos frustrante que la primera entrega, pero presenta inconsistencias en la curva de dificultad, que tiene unos altos y bajos medios raros a lo largo de la aventura, y una escalada bien estúpida casi al final.
El pixel art, la ambientación, el lore y la música siguen siendo excepcionales y a la altura que debería alcanzar cualquier juego con infinito presupuesto (que se lo termina gastando en gráficas hiperrealistas genéricas).
Quizás en algún momento le de una segunda oportunidad al primero y juegue los DLCs (que no jugué porque sólo se puede acceder a ellos en NG+, y me da flojera). De llegar a hacerlo, haré un anexo para cerrar y/o modificar mis apreciaciones de la pareja de juegos… hasta que salga el tercero, si es que sale.
Recomendado para:
- Quienes disfruten de buenas ambientaciones. El pixel art y la música dan muchísima vida al juego. Qué decir el lore.
- Amantes de los desafíos más moderados. Si bien tiene momentos de bastante dificultad, creo que, sumando y restando, es más fácil que el primero.
No recomendado para:
- Personas que prefieran metroidvanias más enfocados en la exploración. Si bien se profundizó en este aspecto, el combate sigue siendo el centro cremosito de la experiencia.
- Quienes sean fácilmente perturbados por imágenes y temáticas perturbadoras. Desde los enemigos, pasando por los NPCs, llegando a las implicancias de muchos eventos, hay harta cosa que le puede dar algo de dolor de guata a algunas personas.